Falsa Luz
El apóstol Juan, escribiendo acerca de la preexistencia, la eternidad y poder del Señor Jesús, en el primer capítulo de su evangelio, dijo verdades eternas que son muy importantes para comprender quién es el Señor Jesús. Él escribió:
Que: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y EL VERVO ERA DIOS”.
Que: “TODAS las cosas por él fueron hechas, y sin él NADA de lo que ha sido hecho, fue hecho”.
Que: “EN ÉL ESTABA LA VIDA, y LA VIDA ERA LA LUZ de los hombres.”
Y que: “Aquella LUZ VERDADERA, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”.
De cada una de estas frases podemos hablar y escribir muchísimo, y de cada una de las ideas que encierran las palabras resaltadas en mayúscula, creo que se pueden hacer muchas enseñanzas; sin embargo, en esta ocasión, quiero centrarme en esta última frase del versículo 9: “Aquella LUZ VERDADERA, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”.
Es muy curioso que Juan, hubiera usado la palabra “verdadera”, dejando la idea que existe una luz falsa.
En nuestros conceptos más elementales, podríamos decir que todos sabemos lo que es la luz, y también sabemos que puede tener diferentes fuentes, tanto naturales como el sol o el fuego, y artificiales como los bombillos; pero que, para que la luz sea luz, en sus conceptos más básicos, todas las fuentes deben emitir un resplandor visible. Y que la ausencia de ese resplandor, es lo que nos permite hablar de oscuridad o tinieblas.
Sin embargo, es muy interesante que hay varias clases de luz que pueden estar presentes en medio de la oscuridad y no ser detectables a nuestra vista. Esta luz recibe el nombre de infrarroja y ultravioleta; incluso, ahí cabrían también para nuestro ejemplo, los rayos X.
Ahora, yo del asunto solo sé lo que me enseñaron en el colegio, y la prueba que por curiosidad alguna vez hice, con la cámara de mi celular, para verificar que en efecto existe un rayo de luz infrarroja que sale del control remoto del televisor, pero que es completamente invisible a nuestros ojos.
Esto deja claro que existen luces que no son perceptibles por nuestra vista, y que pueden estar presentes en la oscuridad; que no resplandecen, que no iluminan, que no disipan las tinieblas, pero que pueden ser detectables con cámaras y aparatos especializados.
Volvamos a la frase del apóstol Juan: él describe al Señor Jesús como la luz verdadera, dejando planteado que existe una o varias luces que son falsas, es decir, luces que no iluminan en la oscuridad, pero que pueden estar presentes en lo que para nosotros es oscuridad.
Ahora, el Señor Jesús dijo en Mateo 6:23: “Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?”
Pareciera una contradicción, porque para nosotros, luz y tinieblas son dos conceptos contrarios y, por lo tanto, entendemos que no es posible que haya tinieblas en presencia de la luz.
Pero evidentemente hay luz que puede estar presente en la oscuridad y ser indetectable para el ojo humano; dicho de otra manera, hay luz que puede estar en la oscuridad sin ser visible.
Juan hablaba de la luz verdadera, de la luz que es la imagen del Dios invisible, de la luz que es la vida de los hombres, pero hay una luz falsa, una luz que no disipa las tinieblas, sino que se esconde en medio de ellas.
Esa luz pertenece a alguien que fue luz, que se viste como ángel de luz, que fue echado a la tierra juntamente con la tercera parte de las estrellas (luces) del cielo: Isaías 14:12 “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones”.
Lucero, fue arrojado a esta tierra junto con la tercera parte de las estrellas (ángeles caídos) del cielo; él sigue siendo luz, de hecho, la palabra lucifer, que no aparece en la biblia, significa portador de la luz.
Lo que les quiero decir, es que existe un ser de luz falsa, que existe una luz que no ilumina a los hombres, que hay un portador de una luz que no es la luz verdadera, una luz que no ilumina nuestros caminos y mucho menos revela los planes y propósitos de Dios.
Sin embargo, en nuestro diario vivir escuchamos una y otra vez que se habla de iluminados, de seres de luz y, del aura o luz que rodea a cada ser humano; pero todo eso es imperceptible al ojo humano; debemos tener cuidado, la luz verdadera, es visible, trae claridad, disipa las tinieblas y todo ojo puede verla.
Aquella luz que solo es para algunos escogidos, aquella luz que no todos son dignos de ver, o aquella que se mantiene en oculto, no es la luz de Cristo; Juan nos dice en el versículo 5 que: “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”.
No toda la luz espiritual, es la manifestación de Dios, por lo tanto, no podemos andar corriendo detrás de todo aquél que dice tener la iluminación, ser el portador de la luz, o tener la última revelación; sin embargo, creo que como nunca antes es el tiempo de que se vea quienes somos y, a quién estamos manifestando.
Isaías 60:1 – 3 “Levántate, RESPLANDECE; porque ha venido TU LUZ, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. 2 Porque he aquí que TINIEBLAS CUBRIRÁN la tierra, y OSCURIDAD las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti SERÁ VISTA su gloria. 3 Y andarán las naciones A TU LUZ, y los reyes AL RESPLANDOR de tu nacimiento”.
Más que una reflexión, lo que quiero dejar con ustedes, es una advertencia; este pasaje dice que tinieblas cubrirán la tierra y oscuridad las naciones. Satanás no se muestra a la humanidad con cachos, cola y tridente en la mano, sino como ángel de luz, como portador de la luz, aunque esta sea falsa.
Ahora, el Señor Jesús le dijo a sus discípulos: Mateo 5:14 - 16 “Vosotros sois LA LUZ del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. ASÍ ALUMBRE VUESTRA LUZ delante de los hombres, para que VEAN vuestras buenas obras, y GLORIFIQUEN a vuestro Padre que está en los cielos.
Hay una guerra planteada, y esta no tiene que ver con la política de las naciones; es la guerra entre la luz verdadera y la luz falsa, y debemos vestirnos con las armas de la luz verdadera. Aquella luz que es visible a la vista de toda la humanidad. Romanos 13:12 “La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y VISTÁMONOS DE LAS ARMAS DE LA LUZ”.