top of page

Pactos fuera de la voluntad de Dios

Pactos fuera de la voluntad de Dios.jpg

Josué 9 nos narra cómo los gabaonitas inventan una historia para engañar a Josué y a los ancianos de Israel y lograr así un pacto de paz con ellos, a fin de no sufrir el mismo destino de Jericó y de Hai, ciudades que habían sido tomadas y destruidas por los israelitas, conforme a las instrucciones del Señor.

Pero la astucia de los gabaonitas, y la falta de dependencia de Jehová por parte de Josué y los principales ancianos de la nación, llevó a Josué a apresurarse y hacer una alianza, fuera de la voluntad y propósitos de Dios. Josué 9:14 – 15 "Y los hombres de Israel tomaron de las provisiones de ellos, y NO CONSULTARON A JEHOVÁ. 15Y Josué HIZO PAZ CON ELLOS, y celebró con ellos ALIANZA concediéndoles la vida; y también LO JURARON los príncipes de la congregación."

Cuatrocientos años después, nos dice II Samuel 21 que hubo hambre en medio del pueblo, y cuando David preguntó al Señor cual era el motivo, el Señor le dijo que era por causa de la violación de ese pacto por mano del rey Saúl. II Samuel 21: 1 "Hubo HAMBRE en los días de David por tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová, y Jehová le dijo: ES POR CAUSA DE SAÚL, y por aquella casa de sangre, POR CUANTO MATÓ A LOS GABAONITAS."

Un asunto mal hecho 400 años atrás, y un rey impulsivo, traen hambre sobre el pueblo de Israel.

A veces creemos que, por cuanto ya pasó mucho tiempo, porque yo no estuve presente, o porque no me preguntaron porque aún era un niño o no tenía responsabilidad en ese momento, los pactos y los acuerdos del pasado no tienen consecuencia sobre nuestras vidas, sobre nuestras familias, e incluso, dependiendo el caso, sobre la vida de toda una nación.

Hay cosas pendientes en la historia de nuestras naciones, hay muchos acuerdos, que aunque mal hechos, aunque celebrados fuera de la voluntad del Señor, igual son acuerdos y pactos que para Dios, se deben respetar.

Muchos fueron los que se casaron fuera de la voluntad del Señor, muchos fueron los que entraron en sociedades y negocios fuera del diseño y propósito de Dios para sus vidas; sin embargo, una vez que se elevó el acuerdo a un pacto, a una alianza, para Dios es algo que debe respetarse y no puede simplemente ignorarse, ni argumentar que no era la voluntad de Dios y por lo tanto, no hay que cumplir y honrar ese pacto.

Nos dice el pasaje claramente que Josué y los ancianos NO consultaron a Jehová, y evidentemente el Señor no iba a cambiar de opinión; los gabaonitas estaban dentro del territorio asignado por Jehová al pueblo de Israel, y este debía destruir a todos los moradores de la tierra prometida, no entrar en acuerdos y pactos con ellos; pero una vez que lo hicieron, para el Señor, eso era algo muy serio; y aunque habían pasado 400 años, aunque se podía haber argumentado que eso había sido hacía mucho tiempo, aunque se pudieron haber invocado muchas causales que nosotros hoy argumentamos para no obedecer; la verdad, es que para el Señor aún había un pacto que debía honrarse, y al matar a los gabaonitas, se violó ese pacto, razón por la cual el Señor trajo hambre y muerte sobre la nación de Israel.

Que tremendo es creer que podemos ignorar los pactos y acuerdos a los que nos hemos comprometido en algún momento, la gran mayoría de las veces, fuera de la voluntad de Dios. Hay muchas cosas en este sentido que debemos arreglar, hay muchas situaciones que no podemos simplemente ignorar y dejar de lado como si nunca nos hubiéramos comprometido.

Ahora, no estoy diciendo que debemos quedarnos bajo la maldición de un pacto que no es de Dios; lo que digo, es que las cosas hay que arreglarlas, no olvidarlas; hay que solucionarlas, no violar los pactos y compromisos.

Estoy convencido que muchas son las maldiciones que han venido sobre las naciones de la tierra por pactos y acuerdos rotos; muchas las maldiciones sobre familias por acuerdos no cumplidos, en los cuales argumentamos que fueron hace mucho tiempo; y estoy convencido que muchas son las consecuencias en medio de la vida de los creyentes por pactos y acuerdos de obediencia y sujeción a pastores y ministros del Señor, los cuales, luego fueron olvidados como si nunca se hubiera pronunciado ninguna palabra de compromiso, o como si las palabras pronunciadas se disiparan en el tiempo.

Como nunca antes creo que debemos preguntarle al Señor cuales acuerdos, cuales pactos, cuales compromisos hemos olvidado, hemos ignorado o sencillamente hemos violado argumentando que no era la voluntad de Dios, o que esa no era la persona con la que Él nos quería caminando en una relación de pacto.

Siempre existirá la posibilidad de pedir perdón, de arreglar las cosas, y de desligarnos de cualquier acuerdo al que nos comprometimos, pero lo que no debemos hacer, es ignorarlos como si nunca hubieran existido, como si nunca nos hubiéramos comprometido, como si nunca hubiéramos prometido lo que no cumplimos.

Hace un tiempo estaba en un evento en Cartagena, y hablando sobre este pasaje, y la situación de Colombia, el Señor le dijo a un profeta: “como si nunca hubiera sucedido”, haciendo referencia a aquellos pactos, acuerdos y compromisos no cumplidos. Hoy creo, que si como individuos, nos disponemos a arreglar los acuerdos y pactos sobre los cuales tenemos parte y responsabilidad, estamos dispuestos a humillarnos y pedir perdón por los pactos ignorados, el Señor haría que nuestras vidas sean “como si nunca hubiera sucedido”, es decir, libres de toda consecuencia y castigo por violar pactos antiguos.

Que el Señor nos traiga a la memoria cada pacto, cada palabra de compromiso que pronunciamos enlazando nuestras vidas a planes y propósitos fuera de la voluntad de nuestro Padre Celestial, y nos haga libres de las consecuencias por no cumplir lo que prometimos, e incluso, juramos cumplir. Y que a la vez, nos redarguya para que a partir de este momento, no entremos más en ningún acuerdo, pacto o alianza que no esté dentro de los planes y propósitos de Nuestro Padre Eterno. Gálatas 5:1 “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”.

bottom of page